28 de
febrero de 2012
U.S. Food and Drug Administration
10903 New
Hampshire Avenue
Silver Spring, MD 20993
Ph. 1-888-INFO-FDA (1-888-463-6332)
1. Daño hepático ¿poco frecuente?
2. Informes sobre pérdida de la memoria
3. El riesgo de diabetes
4. La posibilidad de daño muscular
Si usted es uno de los millones de personas que toman estatinas para prevenir
la enfermedad cardíaca, la Administración de Alimentos y Drogas (FDA) tiene
nueva información importante sobre la seguridad de estos medicamentos que
reducen el colesterol.
La FDA está advirtiendo a los consumidores y a los
médicos que:
El control de rutina de las enzimas hepáticas en sangre, que una vez se
consideró como un procedimiento estándar para los usuarios de las estatinas, ya
no es necesario. No se halló que dicho control fuera efectivo para
pronosticar o prevenir los acontecimientos poco frecuentes de daño hepático
grave asociado con el uso de estatinas. (¿entonces, no hay
como prevenirse?)
Algunos usuarios de estatinas han reportado problemas cognitivos
(relacionados con el cerebro), tales como pérdida de la memoria, olvidos y
confusión.
Las personas que son tratadas con estatinas pueden tener un mayor riesgo
de incrementar sus niveles de azúcar en sangre y de desarrollar diabetes tipo
2.
Algunos medicamentos interactúan con lovastatina (las marcas comerciales
incluyen Mevacor) y pueden aumentar el riesgo de daño muscular.
Esta nueva información no deberá provocar temor en las personas,
alejándolas del uso de las estatinas, dice la Dra. Amy G. Egan, M.PH.,
Directora Adjunta de seguridad de la División de Productos para el Metabolismo
y la Endocrinología (DMEP) de la FDA. “El valor de las estatinas en la
prevención de la enfermedad cardíaca está claramente establecido,” dice. “Su
beneficio es indiscutible, pero se las debe tomar con cuidado y conociendo sus
efectos secundarios.”
FDA modificará las indicaciones de las drogas de los productos populares
con estatinas para reflejar estas nuevas inquietudes. (Estas indicaciones no
son el autoadhesivo adherido a un frasco de medicamentos de venta bajo receta,
sino el prospecto que contiene la información sobre un medicamento de venta
bajo receta, incluidos los efectos secundarios.)
Las estatinas afectadas incluyen:
Altoprev (lovastatina de liberación prolongada)
Crestor (rosuvastatina)
Lescol (fluvastatina)
Lipitor (atorvastatina)
Livalo (pitavastatina)
Mevacor (lovastatina)
Pravachol (pravastatina)
Zocor (simvastatina).
Los productos que contienen estatinas combinadas con otras drogas
incluyen:
Advicor (lovastatina/niacina de liberación prolongada)
Simcor (simvastatina/niacina de liberación prolongada)
Vytorin (simvastatina/ezetimibe).
Daño hepático poco frecuente
La FDA ha hallado que el daño hepático asociado con el uso de estatinas
es poco frecuente pero puede ocurrir. Se les aconseja a los pacientes que
consulten a su profesional del cuidado de la salud si presentan síntomas que
incluyen fatiga inusual, pérdida del apetito, malestar en el tracto abdominal
superior, orina de color oscuro o coloración amarilla de la piel o del blanco
de los ojos.
Las estatinas actúan en el hígado para reducir la producción de
colesterol, una sustancia cerosa que puede formar una placa en las paredes de
las arterias y evitar que el corazón reciba la sangre que necesita.
Egan explica que en ensayos clínicos anteriores se habían detectado
señales de posible daño hepático vinculado con el uso de estatinas, por lo
tanto se les advirtió a los profesionales del cuidado de la salud que evaluaran
los niveles de enzimas hepáticas de sus pacientes en forma regular. No
obstante, dice, dicho daño es poco frecuente y las pruebas no son efectivas
para pronosticar o prevenir el desarrollo de este efecto secundario poco
frecuente.
Como consecuencia, la FDA ahora recomienda que se realicen análisis de
las enzimas hepáticas antes de que comience el tratamiento con estatinas y,
luego, según sea necesario si se presentan síntomas de daño hepático.
Informes sobre pérdida de la memoria
La FDA ha estado investigando los informes sobre el daño cognitivo a
causa del uso de estatinas durante varios años. La agencia ha revisado las
bases de datos que registran los informes sobre reacciones malas a las drogas y
ensayos clínicos con estatinas que incluían evaluaciones de la función
cognitiva.
Los informes sobre la pérdida de memoria, olvidos y confusión abarcan
todos los productos con estatinas y todos los grupos etarios. Egan dice que
estas experiencias son poco frecuentes pero que los afectados suelen reportar
una sensación “borrosa” o no enfocada en sus pensamientos.
En general, los síntomas no fueron graves y se revirtieron en el período
de algunas semanas luego de que el paciente interrumpiera el uso de estatinas.
Algunas personas afectadas de esta forma habían estado tomando el medicamento
por un día; otros lo habían estado tomando por años.
¿Qué deben hacer los pacientes si temen que el uso de las estatinas
podría estar nublando sus pensamientos? “Hablar con su profesional del cuidado
de la salud,” dice Egan. “No deje de tomar la medicación; las consecuencias
para su corazón podrían ser mucho mayores.”
El riesgo de diabetes
La diabetes se produce debido a los defectos en la capacidad del
organismo de producir o utilizar insulina, una hormona que se necesita para
convertir el alimento en energía. Si el páncreas no elabora suficiente insulina
o si las células no responden en forma adecuada a la insulina, los niveles de
azúcar en sangre aumentan demasiado y esto puede provocar problemas de
salud graves.
Se ha reportado un leve aumento en el riesgo de niveles elevados de
azúcar en sangre y desarrollo de diabetes tipo 2 con el uso de estatinas.
“Sin duda, pensamos que el beneficio cardíaco de las estatinas supera a
este leve aumento del riesgo,” dice Egan. Pero lo que esto significa para los
pacientes que toman estatinas y para los profesionales del cuidado de la salud
que las recetan es que puede ser necesario evaluar los niveles de azúcar en
sangre luego de comenzar un tratamiento con estatinas,” dice.
La posibilidad de daño muscular
Algunas drogas interactúan con las estatinas de forma tal que aumenta el
riesgo de lesión muscular denominado miopatía, que se caracteriza por debilidad
o dolor muscular inexplicado. Egan explica que algunas drogas nuevas se
degradan (metabolizan) en el organismo a través de las mismas vías que utilizan
las estatinas. Esto aumenta tanto la cantidad de estatinas en sangre como el
riesgo de daño muscular.
La FDA está revisando las indicaciones de la droga para Lovastatina con
el objetivo de aclarar el riesgo de miopatía. Las indicaciones reflejarán qué
drogas no se deberán tomar al mismo tiempo y la dosis máxima de lovastatina en
caso de que no sea posible evitar el uso de esas otras drogas.
ALGUNAS OPINIONES QUE SE SUMAN
Que las estatinas -uno de los fármacos más utilizados para
reducir el colesterol- son peligrosas -además de inútiles- lo hemos denunciado
ya en numerosas ocasiones sin que la mayoría de los médicos y pacientes lo
asuma.
Pues bien, un reciente estudio publicado en Archives
of Internal Medicine acaba de confirmar que
no existe prueba alguna que avale la supuesta capacidad preventiva de las
estatinas en pacientes sanos con alguno de los denominados factores de riesgo.
Y encima en febrero pasado se relacionó a las estatinas con la diabetes; y en
marzo con disfunciones hepáticas, renales y cataratas.
Motivo suficiente para que cada vez más expertos se estén
animado a denunciarlo. Entre ellos, la doctora Stephanie Seneff, licenciada en
Biofísica en el prestigioso Massachusetts
Institute of Technology.
La abierta discrepancia en el ámbito médico y científico
sobre el papel de los tratamientos con estatinas (vea en nuestra web los
artículos que publicamos en el nº 90 con el título La injustificable demonización del colesterol y en el con el de ¿Causan las estatinas recetadas para bajar el colesterol las
enfermedades neurodegenerativas?), especialmente los de
carácter preventivo, es ya antigua a pesar de que la mayoría de los médicos
–sobre todo los de Atención Primaria- no se hayan enterado.
De ahí que un amplio grupo de científicos, médicos, académicos y
escritores sobre temas científicos y de salud de varios países se hayan reunido
para formar laRed Internacional de Escépticos del Colesterol (THINCS)
(www.thincs.org/index.htm). “Los miembros de este grupo -afirman en su presentación- representamos puntos de vista diferentes sobre la causa de la
aterosclerosis y la enfermedad cardiovascular, algunos de ellos en conflicto
con otros aunque eso es algo habitual en ciencia. Todos compartimos en cambio
el escepticismo de que el alto nivel de colesterol y la grasa animal sean causa
de la aterosclerosis y de las enfermedades cardiovasculares. El objetivo de
esta web es por ello informar a nuestros colegas y al público de que tal
idea no se apoya en evidencia científica alguna (la negrita y el subrayado son
nuestros); es más, un gran número de estudios científicos efectuados en
los últimos años contradice eso abiertamente”.
El último ha sido un reciente estudio dirigido por el doctor Kausik Ray -investigador de la Universidad de Cambridge y cardiólogo consultor en el Hospital de Addenbrooke- publicado este
verano en Archives of Internal Medicine en el que se analizaron los datos
sobre mortalidad -por todas las causas posibles- de 11 ensayos controlados y
aleatorios sobre tratamientos con estatinas entre 1970 y 2009 realizados sobre
personas libres de enfermedad cardiovascular. Y el trabajo de investigación
concluye que entre las más de 65.000 personas sanas y sin antecedentes de
problemas cardíacos pero con los factores de riesgo tradicionales el
tratamiento con medicamentos para bajar su colesterol no disminuyó significativamente
el riesgo de muerte -por cualquier causa- en un promedio de cuatro años. “Nuestros resultados –se dice en lasConclusiones- refuerzan la
idea de que no es probable que sea dañina la reducción de los niveles de
lípidos en una población de muy alto riesgo pero es probable que los
beneficios sobre la mortalidad sean más
modestos de lo que se cree” (de nuevo la negrita y el subrayado
son nuestros). El estudio concluyó también que de los datos analizados no se
desprende tampoco una relación clara entre el promedio de LDL y la reducción de
mortalidad (por todas las causas). Estas conclusiones llevarían a Kausik, dados
los graves efectos secundarios que comporta el consumo de estatinas, a
posicionarse abiertamente contra su uso como preventivo, incluso en el caso de
pacientes de alto riesgo.
Y por si alguien duda de este trabajo añadiremos que en uno
de los editoriales de Annals of Internal
Medicine que
acompañan al estudio de Kausik el doctor Lee Green lo describe como “el metaanálisis más completo sobre el descenso farmacológico de
lípidos en prevención primaria”. "Este metaanálisis pone
de manifiesto –afirma
en ese texto- que a corto plazo, para la prevención primaria, el beneficio es
muy pequeño. Y a largo plazo, aunque los defensores de ambas partes tratarán de
convencernos de lo contrario, realmente hay que admitir que no lo sabemos”.
En suma, estamos a finales del 2010 y ¡no hay un solo estudio en
el mundo que avale que las estatinas previenen los accidentes cardiovasculares!
Algo que muchos investigadores y científicos llevan tiempo diciendo. Ron Rosedale,
especialista en nutrición internacionalmente conocido y autor del libro El colesterol no es la causa de las enfermedades del corazón, ha escrito: “Un error que raramente se comete en ciencias puras como la Física parece
cometerse con frecuencia en Medicina. Y es confundir la correlación con la
causa. Porque que haya una débil correlación entre el colesterol alto y los
ataques cardíacos no significa que el colesterol alto sea la causa del ataque cardíaco.
Ciertamente el pelo canoso está en correlación con el envejecimiento pero a
nadie se le ocurriría decir por eso que las canas son la causa del
envejecimiento. Y al igual que los tintes para ocultar las canas no nos hacen
realmente más jóvenes bajar el colesterol tampoco va a evitar un ataque
cardíaco”. Desgraciadamente pocos médicos en nuestro
país parecen entender siquiera esta lógica tan simple.
Obviamente el estudio de Kausik no ha sido la única alarma en
sonar. En febrero pasado un metaanálisis publicado en The Lancet encontró un pequeño -pero
significativo- riesgo de diabetes por el uso de estatinas. Aunque, una vez más,
se minimizó por el supuesto “beneficio” de su consumo. Y apenas tres meses
después un nuevo estudio en el que participaron dos millones de pacientes
aparecido en la edición “on line” del 21 de mayo de British Medical Journal reveló que
además de los conocidos problemas musculares existen otros "efectos adversos potenciales de las estatinas,
principalmente miopatía (un problema muscular), insuficiencia renal
aguda, disfunción hepática y cataratas”.
El problema es que todos esos efectos secundarios -y los ya
descubiertos y aceptados- no les parecen suficiente motivo a los médicos para
dejar de recetar estatinas porque creen –la mayoría de buena fe- que compensa
ya que “su beneficio está
constatado”. “Beneficio” que no es otro que el de “reducir el riesgo de
enfermedad cardiaca” cuando tal cosa, tal creencia, no
se basa científicamente en NADA. Es una falacia.
…Y AHORA TAMBIÉN LOS NIÑOS
Y por si fuera poco ahora los amenazados con el consumo de
estatinas son ¡los niños! Un estudio publicado este verano en la revista Pediatric invitaba a controlar el colesterol
¡en todos los niños! intentando extender así el alcance de las recomendaciones
vigentes hoy en Estados Unidos que “sólo” proponen controlar a los hijos o
nietos de personas con enfermedad cardíaca o colesterol alto. Y ya se sabe que
en cuestiones farmacológicas lo que se haga en Estados Unidos tiene tarde o
temprano su reflejo en el resto de países desarrollados.
Según el doctor William Neal -de la West Virginia University- que dirigió el
estudio el control diagnóstico del universo infantil-juvenil permitiría "identificar a un grupo de niños con alto riesgo de
desarrollar enfermedad cardíaca prematura".
Afirmando por ello que tratar a la población infantil y juvenil con estatinas
para reducir el colesterol disminuiría el riesgo de que desarrollen problemas
cardíacos cuando lleguen a una edad mediana. Y todo ello, insistimos, se hace
¡sin que exista un solo estudio que demuestre la presunta relación entre exceso
de colesterol y enfermedad cardíaca!
Claro que hablamos de un grupo de medicamentos que le produce
ya a la industria más de 26.000 millones
de dólares anuales. Y lógicamente la extensión de
las estatinas al mundo infantil incrementaría en miles de millones más las
ganancias de los laboratorios. Provocando paradójicamente graves daños en la
salud de quienes consumen sus fármacos –lo que sí está científicamente constatado- con
la excusa de que así no padecerán en el futuro problemas cardiovasculares –lo
que no está científicamente constatado.
Y por si alguien piensa que se trata de una posición de paranoia
contra la industria le damos más datos. Un nuevo trabajo publicado en Archives of Internal Medicine en el mes de julio pasado que revisó
a fondo el controvertido estudio Júpiter que sirvió para justificar el uso de
las estatinas como herramienta de prevención primaria -publicado en el 2008 en New England Journal of Medicine- llega a unas conclusiones muy poco
favorables para el medicamento, para quienes hicieron el estudio y para la
propia industria.
El estudio Júpiter concluyó que Crestor –cuyo
principio activo es la rosuvastatina- reducía el riesgo combinado de ataque
cardíaco, accidente cerebrovascular y otros problemas cardiacos o muertes
relacionadas con el corazón en un 47% de los pacientes sanos sin antecedentes
de problemas cardiacos o de colesterol alto pero con altos niveles de proteína
C-reactiva (CRP), dato que indica la existencia de inflamación. Y esa
conclusión sirvió para que se ampliara en millones de personas el universo de
potenciales consumidores de Crestor.
Bueno, pues un grupo internacional de científicos -dirigido
por el doctor Michel de Lorgeril- de la Universidad Joseph Fourier y del Centro Nacional de Investigación Científica de Grenoble
considera, tras su revisión, que los presuntos beneficios de ese medicamento
para el colesterol pueden haber sido “exagerados”, entre otras cosas porque el
ensayo se detuvo ¡antes de tiempo! A los dos años en lugar de a los cinco
proyectados. Con el argumento de que los resultados eran extraordinarios. Pues
bien, este grupo de investigadores considera, a la vista de los datos, que la
diferencia real entre los grupos placebo y control ¡no era suficientemente
significativa como para justificar la detención del ensayo! Revelando además
que 9 de los 14 autores del estudio Júpiter tenían relaciones económicas con AstraZeneca, la multinacional que
patrocinaba el estudio. Hasta el punto de que el principal autor del mismo, P.M. Ridker, tenía intereses en la patente de un
biomarcador de CRP utilizado en todos los participantes del ensayo. Lo que les
lleva a pensar que tal relación podría haber introducido “sesgos en el resultado final”. ¡Eso es ser
diplomáticos! Bueno, pues aún habrá quien defienda que Crestor realmente
ha demostrado su eficacia…
APRENDER PARA ENTENDER
Y hay más. La doctora Stephanie Seneff,
licenciada en Biofísica en el prestigioso Massachusetts
Institute of Technology –considerada el centro más selectivo
de Estados Unidos y una de las principales instituciones universitarias
dedicadas a la docencia y a la investigación, especialmente en ciencia,
ingeniería y economía-, ha denunciado reiteradamente en los últimos años el
riesgo innecesario que supone el consumo de estatinas. De ahí que ante el
conocimiento de los trabajos antes mencionados aparecidos en los últimos meses
hayamos querido hablar con ella. Y amablemente accedió.
-Díganos, doctora, ¿realmente existe un
colesterol “bueno” y uno “malo”?
-No. Tanto el llamado colesterol "bueno" o HDL como el
"malo" o LDL contienen el mismo tipo de colesterol. Su nombre
simplemente hace referencia a la lipoproteína portadora que transporta el
colesterol a los tejidos. El HDL suministra colesterol a los órganos
principales, como el hígado, el páncreas y las glándulas suprarrenales. En
cambio el LDL suministra colesterol, grasas y antioxidantes desde el hígado a
todas las células del cuerpo. Y es que todas las células necesitan grasa y
colesterol para mantener saludables las membranas. No sólo en la pared celular
externa sino también en las membranas que cubren el núcleo, las mitocondrias
(unidades de producción de energía) y los lisosomas (sistema digestivo de la
célula). También podríamos hablar de las IDL o lipoproteínas de densidad
intermedia que son las que abastecen de colesterol y grasas al cerebro.
En suma, no se justifican los conceptos de “colesterol bueno” y
“colesterol malo”. Lo que sí se ha encontrado, estadísticamente, es que las
personas que simultáneamente tienen niveles HDL bajos y LDL altos parecen ser
más propensas a sufrir un problema cardíaco. Yo pienso sin embargo que en
realidad ese dato tiene más que ver con el excesivo consumo de carbohidratos e,
irónicamente, con un insuficiente consumo de colesterol y grasas. En mi opinión
el hígado produce menos HDL y más LDL cuando hay menos necesidad de ácidos
biliares para digerir las grasas… debido a una dieta baja en grasas; y cuando
hay menos colesterol en la dieta.
Agregaré que es absurdo tratar de reducir el nivel de
colesterol tomando estatinas porque el cuerpo lo necesita en cantidad
suficiente como para llevarlo a todos los tejidos. Las células sin colesterol
suficiente en sus membranas tienen serios problemas de supervivencia pudiendo
resultar gravemente dañadas por la exposición al oxígeno.
-Entonces a su juicio no se justifica nunca consumir estatinas…
-Las estatinas no merecen el riesgo que se deriva de sus efectos
secundarios. El colesterol es un nutriente vital sin el cual las células de los
mamíferos no pueden sobrevivir. Me resulta pues inconcebible que obstaculizar
la capacidad del cuerpo para sintetizar el colesterol que necesita sea una
buena idea. Los medicamentos con estatinas, al reducir el colesterol, conducen
a la desestabilización de las membranas celulares. Y eso sí que aumenta el
riesgo de una larga lista de problemas de salud y enfermedades graves como la
diabetes, la esclerosis múltiple, los problemas cognitivos, los accidentes
cerebrovasculares hemorrágicos, el cáncer e, incluso, la esclerosis lateral
amiotrófica o ELA, también conocida como Enfermedad de Lou
Gehrig. Además –y así lo he sostenido en varios ensayos-
las estatinas pueden aumentar el riesgo de alzheimer, sepsis, cáncer e insuficiencia
cardíaca. Pero de entre todos ellos, los más conocidos y evidentes son el dolor
muscular y la debilidad. Y si el dolor muscular y la debilidad no se controlan
estos síntomas pueden progresar a rabdomiolisis -daño muscular grave- e
insuficiencia renal. Es más, la debilidad muscular en los pulmones puede
provocar dificultades respiratorias y conducir a una insuficiencia cardíaca.
Una dieta baja en grasas acompañada de un régimen de ejercicios
aumenta la probabilidad de que las estatinas causen problemas. El ejercicio
vigoroso incrementa las necesidades energéticas de los músculos y una dieta
baja en grasas reduce la biodisponibilidad de los ácidos grasos para reemplazar
las paredes dañadas de las células.
-¿Y por qué las estatinas son capaces de provocar tantos efectos
secundarios?
-Las estatinas suprimen un paso inicial crítico en una estructura
biológica de múltiples pasos que conduce a la síntesis del colesterol. Tal es
la razón por la que las estatinas son capaces de reducir drásticamente los
niveles séricos de colesterol en sangre. En concreto interfieren con la
producción de la enzima HMG-coenzima A que cataliza la producción de
mevalonato. Varios pasos más llevan a la producción de colesterol desde el
mevalonato pero éste es también el precursor de un gran número de otras
moléculas biológicamente activas que son importantes para las funciones propias
de la célula, entre las que se incluyen la coenzima Q10, antioxidantes, y
dolicoles.
Las estatinas pueden reducir los niveles séricos de la
coenzima Q10 en hasta un 40%. Y la coenzima Q10 no sólo es un poderoso
antioxidante sino que también desempeña un papel crucial en el proceso que
descompone la glucosa en presencia de oxígeno para producir dióxido de carbono
y agua. En esta vía metabólica la energía que se libera es empaquetada en forma
de ATP (trifosfato de adenosina), la ”moneda” que todas las células utilizan
para almacenar sus reservas de energía.
Todo el mundo sabe ya que los antioxidantes son esenciales
para la neutralización de los efectos dañinos de la exposición al oxígeno, un
grave problema ya que la energía se genera en las mitocondrias a través de una
reacción química entre las fuentes de alimentos y el oxígeno.
Y los dolicoles, por su parte, desempeñan un papel especial para
los lisosomas. Los lisosomas son como "habitaciones" amuralladas que
contienen enzimas digestivas para romper los residuos de las partes de las
células dañadas a fin de que puedan ser recicladas en materiales útiles. Los
lisosomas deben mantener un ambiente interno muy ácido para que las enzimas
digestivas funcionen correctamente y los dolicoles son responsables del bombeo
de iones de hidrógeno en los lisosomas para mantenerlos altamente ácidos.
Una forma en que las estatinas pueden dañar las células es a
través de su mecanismo de entrada. Las estatinas pertenecen a una clase de
medicamentos llamados "anfifílicos" que logran romper la pared
celular a pesar de ser relativamente grande. Actúan esencialmente disolviendo
una sección de la membrana celular. Esto deja un agujero en la pared que debe
ser reparado así como desechos que deben ser limpiados y reciclados por los
lisosomas. Y parchear el agujero requiere nuevas fuentes de grasas y colesterol
que provienen de las partículas LDL cuyo suministro se ve reducido en gran medida
por las estatinas. Por tanto con el tiempo se vuelve cada vez más difícil para
la célula reparar todos los agujeros introducidos por las estatinas. A medida
que la pared celular se vuelve más permeable, debido a la exposición previa a
un medicamento anfifílico, la cantidad de medicamento que entra en la célula
con éxito se incrementa con el tiempo llevando a cada vez mayores
concentraciones internas de la droga.
-¿Son reversibles los daños provocados por las estatinas?
-Los médicos tranquilizan a los usuarios de estatinas diciéndoles
que pueden detener la terapia con estatinas si sus enzimas hepáticas y enzimas
musculares se elevan demasiado. En la práctica sin embargo es posible que hayan
sufrido un daño muscular irreversible ya que el problema no desaparece después
de que el tratamiento con estatinas se detiene; y esto puede ocurrir incluso
aunque los niveles de las enzimas no estén por encima del rango de normalidad.
Los fabricantes de medicamentos afirman que la incidencia de
los efectos secundarios es relativamente rara pero la realidad es que a menudo
los efectos secundarios no aparecen hasta después de varios meses o, incluso,
de años de tratamiento. En muchos casos puede no ser obvio que las estatinas
sean la causa del problema. Esto es especialmente cierto debido a que estos
efectos secundarios pueden ser interpretados como una aceleración del proceso
de envejecimiento.